jueves, 2 de abril de 2009

Imagen/Personaje

“Una obra de arte, concebida dinámicamente, consiste en un proceso de ordenar imágenes en los sentimientos y en la mente del espectador. Esto constituye la peculiaridad de una obra de arte verdaderamente vital, lo que la distingue de una producción sin vida, en la cual el espectador (o lector) recibe la creación ya consumada, en lugar de ser arrastrado a través del proceso, tal como éste se va desenvolviendo. No se trata de copiar resultados, sino de hacer que éstos crezcan, surjan, originen otros, vivan ante el espectador. Del mismo modo, para que un personaje (en la novela, el teatro o el cine) produzca una impresión genuina de vida, debe ser construido por el espectador en el curso de la acción y no presentado como una figura de cualidades determinadas a priori y que se mueva con precisión matemática. En el teatro es muy importante que el curso de la acción proporcione no sólo una idea del personaje, sino que construya y proporcione una “imagen”: el personaje mismo. En consecuencia, en el método actual de crear imágenes, una obra de arte debe reproducir el proceso por el cual, en la vida, aparecen imágenes nuevas en la conciencia y en los sentimientos humanos”. (El sentido del cine, S. Einsenstein)

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